En las brumas de mi memoria, cuando la tengo, recuerdo vagamente que detrás de la puerta de mi habitación, a la altura de unos 40 cms., había en la pared, dibujado a lápiz, un bloque compacto de líneas negras y de trazo muy fuerte. Algo así:

Esos fueron mis primeros 'dibujos', por lo que parece. Después dibujé en los envoltorios de la compra, en los sobres de las cartas que se recibían en casa, en los márgenes de los libros del cole,... era tal la necesidad que tenía de dibujar sobre algo (las paredes me las tenían negadas) que cuando más adelante pude tener para mí sola una hoja en blanco para estrenar, fue ¡la felicidad suprema!
Después de esa experiencia, como el perrito de Pavlov, enfrentarme ahora al papel en blanco al empezar una ilustración es una gozada. Por eso este blog: para compartir contigo las nuevas ilustraciones que voy haciendo. ¡Que las disfrutes tanto como yo al hacerlas!
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